jueves, 7 de agosto de 2008

Día 6: 07/08/2008 Miyajima e Hiroshima

Comenzamos la mañana comprando el desayuno en el Daily (tienda de 24 horas) que tenemos próximo al ryokan. Nos hemos levantado tempranito para hacer el largo camino que nos espera hasta Miyajima, así que vamos a la estación de Kyoto y cogemos el shinkansen hasta Hiroshima, donde tendremos que hacer trasbordo y coger un tren local hasta Miyajima-guchi (宮島口駅). Desde allí hemos cogido el ferry (también de la compañía JR) que nos ha dejado en el puerto de Miyajima (宮島町)

El trayecto ha sido bastante cortito (unos 10 minutos), pero está organizado de forma muy turística, igual que el pueblo de Miyajima. A medida que nos íbamos acercando, hemos podido ir viendo el puerto y el santuario de Itsukushima (厳島神社), que en realidad se trata del nombre real de la isla. Miyajima es el nombre popular que significa Isla santuario.


Al llegar unos ciervos nos están esperando para darnos la bienvenida, y de paso, comerse nuestro mapa! Para llegar hasta el templo debemos cruzar una calle comercial cubierta llamada Omotesando. Comemos un rollito ensartado en un palo que es de pasta de pescado y pulpo que está delicioso. También probamos unas pastas típicas en forma de hoja rellenas de chocolate.
Un torii de piedra flanqueado por leones nos da paso hacia el santuario sintoísta de Itsukushima. La religión sintoísta promueve la veneración de los elementos de la naturaleza, y su arquitectura presenta una relación con su entorno paisajista y natural. Aunque el origen del sintoísmo es japonés, éste ha sido influenciado por el budismo, y en algún momento en la historia ambas religiones tuvieron una fusión interesante.
Miyajima ha sido venerada desde tiempos antiguos, iniciándose la construcción en el 593. La idea de alzar un santuario sobre el agua era para adorar a la deidad del mar, y se cree que la isla era objeto de culto gracias a que presenta una bahía bastante cerrada, ideal para la construcción de un santuario. En sus inicios, los plebeyos no estaban autorizados a pisar la isla y solo podían acercarse a ella en barca.

El Santuario está presidido por un Otorii, un gran pórtico de color rojo que descansa sobre el fondo mar, sin estar empotrado en la arena. Reconstruido en madera en 1875 (periodo Meiji). A diferencia de los toriis o pórticos tradicionales, que son de únicamente 2 pilares, a éste se le añaden 4 pilares menores, dándole más estabilidad e imponencia.

Frente al Otorii, se sitúa el Santuario principal llamado Itsukushima (300Y), que está formado por 3 áreas: El Salón Santo donde los dioses habitan (Heiden), una parte interior donde solo pueden entrar los sacerdotes (Haiden), y el área externa para los visitantes y fieles (Haraiden).
Delante del santuario hay una plataforma llamada Bugaku (舞楽), flanqueada por linternas de bronce y donde se llevan a cabo representaciones musicales, como el festival de Kangensai o el teatro Noh.

Se acerca la hora de comer y decidimos volver a la calle comercial que hay en la entrada de la ciudad, así que nos aventuramos a encontrar un restaurante, eso si, antes hacemos una parada y compramos unos yukatas (prendas de vestir)

Después de comer un delicioso Okonomiyaki (お好み焼き) (una especie de tortilla a la plancha a la que se le puede añadir carne o pescado) y un helado de nata de postre, volvemos a ponernos en marcha hacia la estación de ferrys, y justo cuando ya se termina la calle comercial nos topamos con la pala para coger arroz (Oshakushi 大杓子) más grande del mundo, con unos 8 mts de longitud.
Volvemos a coger el ferry para salir de la isla y regresar a Miyajima-guchi. Como tenemos la tarde por delante, decidimos bajarnos en la estación de Hiroshima (広島市) y visitar la zona conservada de los restos que quedaron al caer la Bomba Atómica durante la Segunda Guerra Mundial. Para llegar, cogemos un tranvía (150Y cada billete) desde la estación de JR hasta la parada A Bomb Dome.


La cúpula de la Bomba Atómica (原爆ドーム, Genbaku Dōmu) es uno de los símbolos más conocidos de la ciudad. El epicentro de la explosión atómica del 6 de agosto de 1945 se situó apenas a 150 metros de distancia del edificio, que en aquel momento era el Centro de Promoción Comercial e Industrial de Hiroshima. Fue la estructura más próxima que resistió el impacto. El edificio se conserva exactamente igual a como quedó después del bombardeo, en memoria de las víctimas, como símbolo de la devastación nuclear, y como esperanza para la paz mundial. 
Cruzamos el río y seguimos un camino adentrándonos en el parque que nos lleva hasta la Plaza de la paz (広島平和記念碑, Hiroshima heiwa kinenhi) donde hay un monumento conmemorativo a las víctimas con una llama encendida permanentemente. Al lado hay una escultura en memoria de los niños que murieron por la bomba. La estatua se basa en la historia real de Sadako Sasaki (佐々木 禎子) quien sufrió los efectos de la bomba cuando tenia 2 años. Diez años después ingresó en el hospital por una leucemia relacionada con la radiación. Ella creía que si hacia mil grullas de papel se curaría. Ocho meses después murió. Sus compañeros de clase completaron la serie, y ahora niños de todo el mundo envían grullas de papel a Hiroshima que son colocadas diariamente junto a la estatua.
Cruzando la Plaza de la Paz llegamos hasta el Cenotafio de hormigón diseñado por Kenzo Tange (丹下健三) con la inscripción "Descansad en paz, pues el error jamás se repetirá", y en él están los nombres de todas las víctimas conocidas de la bomba atómica.
No somos capaces ni de hablar por el mal cuerpo que nos ha dejado la visita. Estamos cansados y sensibilizados por todo lo que hemos visto, así que decidimos volver a coger el tranvía, que nos llevará de nuevo a la estación de JR, pero nos equivocamos de sentido, así que nos bajamos y cogemos otro, pero nos volvemos a equivocar... menos mal que a la tercera va la vencida.

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