Hoy nos dividimos en dos grupos, las chicas por un lado nos decidimos a visitar Kyoto. Los chicos están cansados y quieren dormir un ratito más. Además tienen los pies destrozados por las bambas y las largas caminatas que hacemos, eso si, para aprovechar la mañana nos han prometido que harán la colada.
Queremos iniciar nuestra excursión visitando el Templo de Kyomizu-dera, ya que es uno de los más visitados por los ciudadanos de Kyoto y recomiendan ir temprano para poder verlo con calma y sin aglomeraciones. Para llegar hasta allí, nos dirigimos a la estación de Kyoto donde cogemos el autobús hasta la parada que está en el cruce entre Gojo 五条通 e Higashiyama 東大路通, muy cerca del recinto del Mausoleo de Otani 西大谷本廟. Se está celebrando algún tipo de ceremonia religiosa, pero somos bien recibidas y no nos dicen nada porque estemos por allí viendo el santuario.
Al salir de este recinto, por la parte trasera se entra en el cementerio de Kyoto, a esta zona se le llama Toribeyama. Ascendemos por la colina hasta cruzar el cementerio por completo. Siguiendo el sendero divisamos una pagoda rojiza, estamos llegando al Templo Kyomizu-dera 清水寺.
Este templo data del año 798, aunque el edificio principal es del 1633, ya que sufrió varios daños por terremotos e incendios. El nombre viene dado por una cascada que hay cerca que se hace llamar Kiyoimizu 清い水, agua pura. Justo debajo del edificio principal hay la cascada llamada Otowa no taki, que cae en tres chorros y que al beber su agua se cree que tiene efectos beneficiosos para la salud. Al estar situado en plena montaña, desde alli se pueden ver unas preciosas vistas de la ciudad de Kyoto.
Bajamos paseando por Nine-zaka 二年坂 y Sannenzaka 三年坂 unas empinadas calles empedradas repletas de tiendecitas de recuerdos y casas bajas. Un ambiente de lo más tradicional. Llegando de nuevo a la calle Higashiyama decidimos entrar en un un bar a desayunar. Para acceder al local subimos las escaleras de una casa. El local, decorado al más puro estilo vintage, tiene muebles de madera y un bonito balcón con flores. En un lugar tan kawaii かわいい, nos reponemos del madrugón.
Nuestra ruta continua en el Pabellón plateado, también llamado Ginkaku-ji 銀閣寺, pero tenemos mala suerte porque está en obras y no podemos entrar a verlo. Nada más salir a mano izquierda está el Camino de la Filosofía, un paseo bordeando un canal muy bonito y que en la época de florecimiento del cerezo está muy transitado. Por esa zona hay muchos sitios para tomar un refrigerio y galerías de arte y tiendas para comprar cuadros, esculturas y cosas por el estilo.
Nuestra ruta continua en el Pabellón plateado, también llamado Ginkaku-ji 銀閣寺, pero tenemos mala suerte porque está en obras y no podemos entrar a verlo. Nada más salir a mano izquierda está el Camino de la Filosofía, un paseo bordeando un canal muy bonito y que en la época de florecimiento del cerezo está muy transitado. Por esa zona hay muchos sitios para tomar un refrigerio y galerías de arte y tiendas para comprar cuadros, esculturas y cosas por el estilo.
Nos acercamos hasta el Museo Fureai-kan ふれあい館 de artesanía tradicional de Kyoto y visitamos la exposición permanente dedicada a los diferentes trabajos artesanales japoneses. La exposición incluye grabados en bloques de madera, piezas lacadas, artículos de bambú y artesanía con pan de oro.
Volvemos a ryokan a descansar y a reunirnos con los chicos. Han hecho sus deberes y la ropa está limpia, aunque tienen ciertos problemas con la secadora. Parece que la humedad no deja que se sequen bien las cosas.
Por la tarde nos dedicamos a pasear por la zona cercana a la Torre Kyoto y entramos en el centro comercial que hay dentro. Es nuestro último día en la ciudad y nos lo queremos tomar con calma.
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